Blogia
MoRaDa de CrIaTuRaS

Poemas

AÑORANZA

<center>AÑORANZA</center>
Añoranza. Acuarela.
De una colección de Maricarmen Rodríguez,
profesora de pintura del CETYS
Universidad, Campus Mexicali, en Baja California,
México. Ilustración tomada de www.mxl.cetys.mx


Quítame sesenta años y apártalos por un rato,
no los quiero,
déjame con mis granos,
mi grasa en el cabello,
mi bigote a medio hacer
y mi barba desierta.

Quiero recordar mi primer premio de poesía,
esos partidos de fútbol con mis amigos,
los sábados noche en las discotecas,
mi primer beso…y déjame saborearlo.

Devuélveme la juventud,
divino tesoro perdido entre velas apagadas
sobre una tarta y regalos desenvueltos con ansia.

Rellena mis brazos de músculos,
mi mente de inocencia y
colma mis bolsillos de calderilla.

Márcame entre las frases que más escuche
el “a la una en casa” y “a ver qué vas a beber”
en vez de “señor, o deja de fumar o
no se come las próximas 12 uvas”.

Méceme en los brazos de alguna joven,
tráeme su fragancia de fin de semana
y permíteme mordisquearle el cuello
con los suaves besos de un adolescente.

Muéstrame la enfermedad
y cúramela,
el horror
y bórralo de mi mente,
la felicidad
y mantenla siempre a mi lado,
aunque sé que eso sea imposible.

Pero al final,
acércame de nuevo esos sesenta tacos
y mándame a una excursión tras otra,
tráeme nietos que me devuelvan la ilusión por la vida
y ponme en lo alto del listón de la familia.

Pero déjame recordar siempre todo lo vivido
porque cada etapa de un mortal
tiene su encanto,
tras la muerte nadie sabe.

PIENSO EN TÍ

PIENSO EN TÍ Siempre que tengo un momento, y aunque no lo tenga, pienso en ella, pienso en tí:

Y siempre en mi mente:
Tú, colonia de cielo,
picotazo de avispa en forma de amor,
pellizco de una pesadilla
de la que deseas despertar.

ES TANTO

<center>ES TANTO</center>
Es tanto
lo que te querría decir,
que por no terminar
nunca empezaría.

Es tanto
lo que causas en mí,
que si tu nombre nombrara
la luna nombraría.

DIEZ MIL BES.O.S.

<center>DIEZ MIL BES.O.S.</center>
Xenón mezclado con lluvia ácida,

Miel con sabor a canela y de color gris.

Búscame un recodo en tus aposentos,

Sálvame de las garras de este abismal mundo

O déjame sucumbir al vacío reflejo del

Séptimo cielo encharcado en sangre.

FIN DEL MARATÓN


El final llama de nuevo a nuestra portería,
los minutos corren en contra,
el balón se ríe de nuestras zapatillas,
y aunque las piernas tienen fuerza
para conseguir lo que buscamos,
no hayan la puntería.

Sudadas equipaciones recién estrenadas,
banquillos calentados por pocos efectivos,
tobillos doblados, tendones dañados,
bajas por trabajo y problemas personales,
éxtasis de carreras detrás de un único fin
al que no llegamos ni a atisbar de lejos.

FIN del maratón.

MI PEQUEÑO HOMENAJE

CORAZÓN VIAJERO

Homenaje A Juan José

El mecánico de la subsistencia,
el manitas del mundo,
el conductor de multitudes
por los caminos de la paz y el sosiego,
de los vaivenes de la vida,
el de voz arrocada de explicar mil procesos
que había aprendido por sí mismo,
ha dejado sin reparación los corazones
de sus seres queridos
para marcharse a solventar
los problemas de otro mundo más necesitado.

Fueron tantos los viajes de los que volvió con éxito,
tantas las hazañas que resolvió con soltura,
que en una de ellas se despistó un momento,
o eso nos hizo creer,
una que tantas veces había repetido,
un viaje del que sabía volver a las mil maravillas,
no regresó.

Pero su viaje no fue en balde,
pues el trayecto,
aunque enconchado por el dolor
y el sufrimiento de los que nos quedamos,
lo llevará al paraíso de los mecánicos,
al edén de las personas buenas que,
de tan buen corazón,
vuelan sin ayuda de nadie.


Juan José, descansa en paz.

MI PEQUEÑO HOMENAJE

CORAZÓN VIAJERO

Homenaje A Juan José

El mecánico de la subsistencia,
el manitas del mundo,
el conductor de multitudes
por los caminos de la paz y el sosiego,
de los vaivenes de la vida,
el de voz arrocada de explicar mil procesos
que había aprendido por sí mismo,
ha dejado sin reparación los corazones
de sus seres queridos
para marcharse a solventar
los problemas de otro mundo más necesitado.

Fueron tantos los viajes de los que volvió con éxito,
tantas las hazañas que resolvió con soltura,
que en una de ellas se despistó un momento,
o eso nos hizo creer,
una que tantas veces había repetido,
un viaje del que sabía volver a las mil maravillas,
no regresó.

Pero su viaje no fue en balde,
pues el trayecto,
aunque enconchado por el dolor
y el sufrimiento de los que nos quedamos,
lo llevará al paraíso de los mecánicos,
al edén de las personas buenas que,
de tan buen corazón,
vuelan sin ayuda de nadie.


Juan José, descansa en paz.

OLVÍDAME

OLVÍDAME
Muerte repentina que conduces
mis pasos por la senda del horror,
olvídame.

Devuélveme el traje vespertino
de luces que me arrebataste,
deja de reproducirme
los crujidos de un suspiro
y acecha a cualquier otro
que te ansíe más que yo.

DE CEREBROS

<center>DE CEREBROS</center>
Cerebro embotellado,
embebido,
succionado por el poder de convicción de masas,
aplastado por la grandeza
de la simplicidad de otros cerebros más pequeños.

Cerebros enanos,
juguetones,
enfermizos,
que actúan sobre nuestros cerebrosww
y convierten cada pensamiento en una ideología,
cada hecho en una imagen
y cada oración en una frase a seguir.

Cerebros proyectados al espacio de la nimiedad,
cerebros acortados en distancia,
disminuidos en utilización
para aportar menos de lo poco que aportan,
para sorprender con lúcidos mensajes
cada “x” años, y cada “x” años,
pasar de largo esos mensajes.

Cerebros atronadores,
divulgaciones endebles,
responsables de masacres y asesinatos fijados,
acusadores de la mentira a otros pobres cerebelos,
transformadores de la realidad en ciencia ficción,
Enervantes de la contra-lucha.

Cerebros de todas clases,
líderes y esclavos,
ágiles y deshabilitados,
pensantes y dispensados,
pensados para usar y tirar
e indispensables para gobernar el mundo.

UN METRO PSÍQUICO

<strong>UN METRO PSÍQUICO</strong>
En un metro físico
se pueden hacer tantas cosas:
cocinar, reír, saltar, llorar...
como sentir más cosas aún:
que conseguimos la paz,
que nos aman, que volamos…

Tantas cosas como cosas podamos imaginar,
tantos sueños realizados
como abierta pueda estar nuestra mente
a recibir premios por cada uno
de nuestros pensamientos.

En un metro físico
se puede adorar a Dios, a cualquier Dios,
sentarnos a descansar, piropear a alguien,
llamar la atención al que molesta,
beber agua de un manantial,
pintar el cuadro más bonito del mundo,
escribir los versos más tristes de cualquier noche.

Tantas cosas se pueden realizar en un metro físico
como tantísimas podríamos realizar en un metro psíquico,
en el que la bondad supera con creces a la inteligencia,
el cariño doblega al equilibrio y lo desequilibra
y el amor reacciona con miles de besos
ante cualquier situación extrema que entrañe peligro.

MAR AFUERA

En las profundidades del mar adentro,
tierra y mar se disuelven en un abrazo,
hasta recoger conchas y besar la sal
con sus renegridos y a medio romper,
labios de cartón piedra.

Con su vestido de gala
los seduce bajo la mirada la luna
que desde a penas dos milímetros
enciende la lámpara de su mesita
para poder contemplar un sueño
sin tener cerrar los ojos.

Y entre la suave arenisca de la costa
se haya el castillo del Rey Arturo,
y a medio camino entre una ola y tus pies:
Excalibur, que espera retarse en duelo
con cualquiera que se enamore del mar.

Muchos fueron los que la retaron:
marineros surcándola con regodeo,
molestos faros con su alta vigía
y pescadores pescados por sus propias cañas.

Mas todos fueron vencidos de la misma forma:
atrapados por un manto de sombras
subyaciendo ante la ventisca de la noche y volando,
como ceniza en el olvido,
hasta la cola de una estrella fugaz.

CINCO SENTIDOS

<center>CINCO SENTIDOS</center>
Envié mis ojos hacia el parque
para que vigilaran tus juegos
de pequeña colegiala alegre
y observaran la esencia
de aquello que te hacía feliz en mi lejanía.

Ordené a mis brazos
que se posaran bajo tu almohada
y te sirvieran como apoyo en las noches
en las que las pesadillas invadían
tus sueños de joven ilusa.

Divagué entre atender tus lamentos
o no hacerlo, pues mis oídos se taponan
cada vez que tu corazón
late en frenética decadencia.

Reemplacé tu cama por rosas rojas,
y aprendí a distinguir a qué huele
el mundo cuando estás alegre.

Perpetré tu boca y,
en un abrir y cerrar de ojos,
todo era delicioso, sabroso,
fresco como tus labios y
dulce como siempre te he recordado.

COSAS IMPENSABLES

<center>COSAS IMPENSABLES</center>
Que un líquido vierta botes cuando se derrame,
la soledad de la palabra “conjunto”,
una oveja contando humanos para dormirse,
que el vaso nos beba a nosotros.

Cosas impensables.

Peinarnos con un cuchillo afilado,
bañarnos en el agua de la inmortalidad,
saltar sobre nuestra cabeza
mientras ella da vueltas sobre sí misma,

Pescar el anzuelo con un pez,
bordear el mundo a base de pintura blanca,
que nuestra mami mame de nuestras mamas,
un duelo entre la paz y la guerra
del que salga vencedor la primera.

Cosas impensables.

El dolor indoloro,
la noche de blanco satén,
un abrazo entre el sol y la luna,
la muerte vestida de fiesta.

Cosas impensables…
pero posibles
.

DE SABOR: AMARGO

DE SABOR: AMARGO
Del lavaplatos olor naranja,
al champú olor melocotón,
como de tus ojos color miel
hasta tus labios sabor a fresa,
te recorro.

Con un desodorante suave de aroma a piña,
y una colonia fresca, olor a jazmín
pasando por un bálsamo de esponjosa vainilla
hasta tu laca de maracuyá.

Dibujando tu sonrisa de sabor a nata
y tu exhalación de exóticos sabores,
de fragantes miradas y perfume de alelí,
te derrites en esencia de mora
emanando un fluor de menta.

Pero de repente,
bebiendo un refresco de sabor a limón
mezclado con un chorro de aguardiente,
degusto el funesto sabor del dolor,
y olisqueo el hedor lúgubre del incienso.

Y derramo gotas de sangre sabor metálico,
cuando mueres
y mi cuerpo se impregna
de un sabor vacío que desprende mi corazón.

RAP DE NOCHE

RAP DE NOCHE

No sé si se le podrá llamar poema, pero el caso es que viniendo el jueves de entrenar con mi amigo Sarah, estuve escuchando a un tal Frank T, un rapero español de color que cuenta en sus canciones los problemas que sufre al ser negro y hablar el castellano mucho mejor que muchos españoles blancos. Fue tanto el tintineo que se adentró en mi cabeza, el ritmillo ese del rap, que cuando llegué a casa me animé a escribir yo uno mío. Ahí os lo dejo haber si les gusta.




Escucha hermano, perdona, atento,
como lo tengo,
porque aprendo con cuidado mil lamentos,
desde mi asiento,
y no te siento, despierto, bebiendo
siempre bebiendo,
dándole caladas a un cigarrillo
¡yéeee qué me quemo!,
pido respeto y ante todo yo te respeto,
¡vaya careto!,
aunque digas que la luna está en el centro
¡y yo que no entiendo!

A un nivel de prioridades que establezco,
pa’ dentro,
que pa’ fumarme yo mil petas desde el asiento,
ya lo intento,
pero recuerdo, que no soporto,
¡qué coño es esto!,
una tira de los comics de mi hermano,
que es un engendro, y miro y como,
y como y miro, que es todo incierto
como te nombro ante este mar de condimentos,
aummmmm todo pa’ dentro…

Destruyo tu piso, tu coche, tu vida
y sigo destruyendo
hasta el claustro de profetas jubilados
¡que desperfecto!,
críos llorando, malos riendo,
pueblos ardiendo, ¡vaya tormento!
y ante todo el mundo apresado por el viento
¡tómate un tiento!,
que designa las cabezas que sobreviven,
y viven, viven, y viven
acontecimientos, regresados con patadas
dando vuelcos, y yo que pretendo
que todo el mundo entienda lo que yo no entiendo
pero sé que al final de todo,
¡me quedo lento!...

RAP DE NOCHE

RAP DE NOCHE

No sé si se le podrá llamar poema, pero el caso es que viniendo el jueves de entrenar con mi amigo Sarah, estuve escuchando a un tal Frank T, un rapero español de color que cuenta en sus canciones los problemas que sufre al ser negro y hablar el castellano mucho mejor que muchos españoles blancos. Fue tanto el tintineo que se adentró en mi cabeza, el ritmillo ese del rap, que cuando llegué a casa me animé a escribir yo uno mío. Ahí os lo dejo haber si les gusta.




Escucha hermano, perdona, atento,
como lo tengo,
porque aprendo con cuidado mil lamentos,
desde mi asiento,
y no te siento, despierto, bebiendo
siempre bebiendo,
dándole caladas a un cigarrillo
¡yéeee qué me quemo!,
pido respeto y ante todo yo te respeto,
¡vaya careto!,
aunque digas que la luna está en el centro
¡y yo que no entiendo!

A un nivel de prioridades que establezco,
pa’ dentro,
que pa’ fumarme yo mil petas desde el asiento,
ya lo intento,
pero recuerdo, que no soporto,
¡qué coño es esto!,
una tira de los comics de mi hermano,
que es un engendro, y miro y como,
y como y miro, que es todo incierto
como te nombro ante este mar de condimentos,
aummmmm todo pa’ dentro…

Destruyo tu piso, tu coche, tu vida
y sigo destruyendo
hasta el claustro de profetas jubilados
¡que desperfecto!,
críos llorando, malos riendo,
pueblos ardiendo, ¡vaya tormento!
y ante todo el mundo apresado por el viento
¡tómate un tiento!,
que designa las cabezas que sobreviven,
y viven, viven, y viven
acontecimientos, regresados con patadas
dando vuelcos, y yo que pretendo
que todo el mundo entienda lo que yo no entiendo
pero sé que al final de todo,
¡me quedo lento!...

ARSENAL DE POETAS

He venido a robarte
lo más bello de tus paisajes
y a meterlo en botecitos pequeños
llenos de poesía.

He desplegado mi arsenal de poetas
para que observen con detenimiento
cada palmo de terreno,
y vuelvan cargados
de una gran mercancía
de productos literarios y
frutos del amor.

No intentes ocultarte en las flores,
ni en las esponjosas nubes,
ni en las hojas de los árboles.

Llevo el mejor equipo
de ladrones de palabras
con los que robar tu descripción
y dotar de hermosura a mi gente,
el mundo entero.

ENTIERRO DE LA SARDINA

ENTIERRO DE LA SARDINA

Como todos sabréis, el miércoles fue el entierro de la sardina. Aunque no se me note demasiado, lloré mucho. Lloré tanto que hasta que mi madre no apartó la cebolla de la mesa no pude parar de llorar.
La sardina, fiel aguafiestas, nos demostró cómo pueblos enteros, ciudades y hasta capitales pueden llorar la pérdida de un animal tan chiquitín que engullimos cuando los vemos recién fritos en las playas.
Bueno, por si no he demostrado que lloré aquel día, aquí dejo mi pequeño homenaje:




Esta noche el cielo
se ha vestido de carnaval.

Ha salido obnubilado
y cubierto por oscuros mantos.

Se ha mojado el traje
como años atrás,
y ha empapado a todo el pueblo,
triste, por el entierro de la sardina.

HAMBRE EN EL MUNDO

<center> HAMBRE EN EL MUNDO</center>
Nadan en la abundancia de la nada,
rastrean los contenedores de basura
suplicándole a un Dios,
que encuentren un cazo de potaje en su interior,
una caja de zumo vacía que poder exprimir
y de la que sacar unas míseras gotas que sorber.

Como auténticos detectives,
investigan cada migaja de pan
que dejó Pulgarcito en su camino.

Sueñan con encontrar el mundo perfecto
donde levantarse cada mañana
y poderse llevar algo a la boca.

Sueñan con una casa donde refugiarse del frío,
con medicinas que curen sus heridas
y una ración de comida
que saborear esporádicamente.

Pero sueñan demasiado,
sus ojos están inyectados en sangre
de tanto buscar alimento.

Revuelven el mundo en busca de esa ayuda,
de esa “vida tan bella” de la que tanto se habla
pero que no son capaces de encontrar.

Pero al nuevo día,
los ancianos se derriten por el sol,
la gente une su boca reseca con el húmedo
desierto ensangrentado,
y los niños mueren.

Como auténticos exploradores,
los que sobreviven no cesan en su búsqueda,
parten de madrugada imaginando
que Dios ayuda a quien madruga,
pero pierden la esperanza cuando al final del camino
sólo encuentran la muerte.

SIN ALMA

SIN ALMA Contra toda clase de violencia de género

Véndeme tu alma,
o mejor regálamela.

No te hagas de rogar
pues te rebanaré los sesos
de dos disparos
si te atreves a llevarme la contraria,
amor.

Haz de esto un hecho cotidiano
y no un enfrentamiento en el que,
como otras tantas veces,
te arrepentirás de lo ocurrido.

Dame ya tu alma pues es lo único que
me falta de ti, ya que tu amor y el cariño
que me brindas
sé que esconde odio y miedo a la vez.

Pero eso no me importa,
pues te obligaré a agachar
la cabeza cuando enoje y a besarme
los pies cada vez que sientas vibrar
el suelo bajo los tuyos.

Piensa que la vida es injusta
y escríbelo en tu diario de mierda
si te sientes mejor,
pero piensa también que tu alma es mía
y a la vez tu vida, y cuando yo quiera
puedo vendérsela al diablo,
o mejor aún, regalársela.